Tener la casa limpia y con buen olor tal como lo hace la mayoría de la gente a día de hoy, es sinónimo de peligrosos contaminantes que pueden causar problemas a nuestra salud: cáncer, alergias, irritaciones, problemas hormonales, etc.
Así lo ha demostrado este estudio “Productos químicos en el polvo de interiores: Un meta-análisis cualitativo de estudios en Estados Unidos” de la Universidad George Washington ha detectado 45 químicos potencialmente tóxicos en el polvo que dejan los productos que utilizamos cotidianamente para limpiar suelos, muebles, para aseo personal, etc.
Se han identificado diez de los productos más tóxicos en el 90% de las muestras de polvo, entre ellos el más común, encontrado en el 100% de las muestras, fue el Dietilexilftalato (DEHP) usado frecuentemente en envases plásticos, cepillos de dientes.
Fueron hallados otros productos como los ftalatos que podría interferir en las hormonas, afectar el coeficiente intelectual de los niños y causar problemas respiratorios.
También había presencia del TDCIPP causante de cáncer, usado como anti-inflamante para muebles y artículos de bebé, en teléfonos móviles también se encontraron tóxicos.
En los hogares europeos las cosas no son muy diferentes, como lo demuestran desde hace ya años diversos estudios y datos de Greenpeace, donde se han encontrado entre 70 y 120 sustancias tóxicas.
Los problemas de salud relacionados con estos productos químicos que se adhieren al polvo y que por su pequeño tamaño son respirados o absorbidos por la piel van desde deficiencias del sistema inmune, alergias, irritaciones, problemas digestivos, etc.
Hay estudios que las han detectado en la placenta, por lo que los niños nacen ya con tóxicos en su cuerpo.
En Francia recientes estudios, han detectado 128 residuos químicos de 81 sustancias diferentes, de las cuales 42 pueden provocar cáncer, cinco carcinógenos ciertos y 37 disruptores endocrinos (alteran el sistema endocrino), entre se citan los ftalatos, el bisfenol A, las benzofenonas.
Donde se encuentran:
- Lavabos: cloro, amoniaco, desatascadores, etc.
- Cocina: utensilios con teflon que contienen compuestos fluorados o ácido perfluorooctanóico, que al superar los 230 ºC actúan como disruptores endocrinos .
- Armario: muchos tejidos pueden contener sustancias perfluoradas o polifluoradas (PFC).
- Todas las habitaciones: pueden emitir formaldehido, tolueno o tetracloroetileno, tóxicos para el sistema respiratorio.
- Muebles: llevan cola, lacas y disolventes emanan compuestos orgánicos volátiles, potencialmente cancerígenos.
- Productos para lavar: liberan moléculas irritantes que pueden provocar alergias a corto plazo y trastornos respiratorios y endocrinos a largo plazo.
Los investigadores dan algunas sugerencias para minimizar el riesgo, como:
- Utilizar productos más seguros, sin químicos.
- Mantener los hogares libres de polvo.
- No usar ambientadores, que están PROHIBIDOS por su toxicidad. Normativa vigente.
- Más ventilación.
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