La contaminación atmosférica está afectando a un número cada vez mayor de personas en todo el mundo. Sabemos que los niños son especialmente vulnerables al efecto de estos contaminantes procedentes de la polución, debido a su metabolismo inmaduro y a su cerebro en desarrollo (Guxens et al., 2022). Según la investigadora del ISGlobal, varios estudios han encontrado una asociación entre la exposición a la contaminación atmosférica durante la primera infancia y alteraciones en la estructura del cerebro.
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